Su luz
Luces que no confunden, luces que te guían y guardan de las tinieblas más inciertas. Luces, que vienen al rescate oportuno. Pensamientos claros y ánimos bien encaminados. Anhelos que con fe genuina convierten el llanto y la pena en incólume esperanza.
Luces, farolas que aún en la densa neblina levantan las manos cansadas. Y, como a Moisés o a Elías bañan de gracia el corazón temeroso e inseguro. Luces que hoy te dicen: !No temas!
Isaías 41:10
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
-SAC
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