jueves, 11 de enero de 2018

Dios se glorifica en cada paso que damos en la vida.

*Cada paso que doy*

Si uno se encuentra cerca de un fuego, corre seguro riesgo de quemarse. Dios siempre nos ha prevenido en cuanto a las creencias y acciones que el mundo de hoy representa. El no dejarnos influenciar cada día se hace más retante y duro. Pero, el mandamiento del Señor es claro e inviolable.

Adoptar modas y formas comunes en la cultura, sin duda amenazan aún al creyente más firme. Igual a los Israelitas, nosotros también tenemos vecinos y familiares que a menudo tienen valores completamente opuestos a la verdad de Dios.

Hemos sido llamados a testificar viviendo un estilo de vida que hable estrictamente de Jesús. Un lenguaje implícito en nuestra forma de hablar y de sentir, una fe que otros la puedan ver a una milla de distancia.

Admito que esto puede ser difícil, especialmente si el ambiente que nos rodea niega la deidad de Jesucristo. Nuestro pasar por esta tierra debe siempre mostrar que obedecer a Dios es indelegable, que sólo con Cristo nuestra vida tiene sentido.

Obedecer a Dios es más importante que lo que el resto de la gente pueda pensar. Solo la Palabra del Señor dirige nuestra manera de vivir e ilumina cada paso que damos por la vida.


Éxodo 23:24-25

No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los destruirás del todo, y quebrarás totalmente sus estatuas. Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.

-SAC