*Sin JESUCRISTO nada*
Cada día que pasa me doy cuenta que quien merece toda la alabanza es DIOS. Sí, solo Él como motor generador de aquello que hacemos con fe y con entrega para el Reino. Después de todo, Él nos da los dones y la inspiración necesaria para hablarle a otros de su AMOR y de su GRACIA.
Es un privilegio, uno que nos queda demasiado grande. Amados, este oficio de ser mensajeros del Rey de reyes pone sobre nuestros corazones una responsabilidad extrema. Responsabilidad de llevar un mensaje claro y sobre todo bíblico. Confieso que mi alma en muchas ocasiones arde cuando empiezo a dar pequeños golpes al teclado, pequeños golpes cargados de fe y de esperanza. Pero, no me puedo dejar guiar por la emoción. Cada palabra, cada verbo y oración deben SIEMPRE estar contextualizados bíblicamente, esa también es mi responsabilidad.
Cada día que pasa… Cada instante que el Señor me da para compartir sus muchas bendiciones. Y es que, siempre encuentro una buena excusa, un motivo que me sirva para decirle al mundo que sin JESUCRISTO, nada.
Cada día que pasa me doy cuenta que quien merece toda la alabanza es DIOS. Sí, solo Él como motor generador de aquello que hacemos con fe y con entrega para el Reino. Después de todo, Él nos da los dones y la inspiración necesaria para hablarle a otros de su AMOR y de su GRACIA.
Es un privilegio, uno que nos queda demasiado grande. Amados, este oficio de ser mensajeros del Rey de reyes pone sobre nuestros corazones una responsabilidad extrema. Responsabilidad de llevar un mensaje claro y sobre todo bíblico. Confieso que mi alma en muchas ocasiones arde cuando empiezo a dar pequeños golpes al teclado, pequeños golpes cargados de fe y de esperanza. Pero, no me puedo dejar guiar por la emoción. Cada palabra, cada verbo y oración deben SIEMPRE estar contextualizados bíblicamente, esa también es mi responsabilidad.
Cada día que pasa… Cada instante que el Señor me da para compartir sus muchas bendiciones. Y es que, siempre encuentro una buena excusa, un motivo que me sirva para decirle al mundo que sin JESUCRISTO, nada.
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