miércoles, 28 de noviembre de 2012
domingo, 21 de octubre de 2012
martes, 21 de febrero de 2012
Alaba a Dios
En una de esas tantas ocasiones en donde uno tiene que reparar algo en el hogar me sucedió lo inesperado. Intentaba restablecer la electricidad en una sección de la casa y recién restablecida la luz, se me acercó mi hijito Diego diciendo: !Papito, tu sí que eres grande!…
Al meditar sobre aquellas inocentes y sinceras palabras recordé como también Dios anhela que nos acerquemos a Él. Admito que en ocasiones con el paso de los años podemos sin darnos cuenta alejarnos de una relación íntima y vibrante con el Creador. Un primer amor empezando a desfallecer, carente de alabanza sincera y reconocimiento de la grandeza de nuestro Salvador. Hermanos, no podemos darnos el lujo de perder esa facultad de loar y de admirar el poder y la grandeza de nuestro Dios. Nunca debemos dejar de asombrarnos, de admirar y de percibir su gloria. Su sabiduría está a nuestro alrededor, desde la más sencilla flor hasta su poder milagroso para sanarnos una enfermedad o arrancar de nuestros corazones un añejo odio.
Jesucristo todos los días hace tantas maravillas para nuestras vidas y sin embargo las damos por contado. Abramos hoy nuestros ojos y dispongámonos a alabarle y aclamarle con todas las fuerzas de nuestro corazón. Con humildad acerquémonos a Él reconociendo su grandeza.
Sal 66: 1-4
Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra. 2. Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza. 3. Decid a Dios: !Cuan asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos. 4. Toda la tierra te adorará, Y cantará a ti; Cantarán a tu nombre.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Dios suplirá
miércoles, 17 de agosto de 2011
Envíame a mí
Envíame a mí
Filipenses 3.13-14 Lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús.
Cuando Jesús llama a sus discípulos, les dice: «Síganme». Cada uno de ellos se enfrenta al reto de tener que dejar atrás sus trabajos y aún sus familias para hacerse sus discípulos. Jesús enfatiza que para la tarea que él les tiene, requiere de ellos toda su atención y entrega.
Y es que hermanos, el seguir genuinamente a Cristo en ocasiones se ha de tornar un asunto de estricta entrega, de respuestas abnegadas que para algunos han de parecer locura... Cuando respondemos al llamado de Cristo, sin duda estamos tomando la ruta correcta para nuestras vidas. La familia se ha de ver afectada positivamente cuando nuestra actitud es de total obediencia a Dios. El estar enfocados en la voluntad de Jesucristo nos mantiene orientados en amor y en servicio a otras personas, esa es la mayor agenda; Amar y saber mostrar amor al prójimo. Es por eso que hoy te escribo estas líneas. Sí, medita sobre el llamado que hoy te hace el Señor y lánzate a la mas importante aventura que hayas vivido alguna vez.
Dile: Aquí estoy. ¡Envíame a mí!
Jeremías 1:4-9 4 La palabra del Señor vino a mí: 5 «Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones.» 6 Yo le respondí: «¡Ah, Señor mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar!» 7 Pero el Señor me dijo: «No digas: "Soy muy joven" , porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene.
Por Serafín Alarcón Tablitas del Señor http://tablitas.9f.com/